Un cuerpo desnudo por Juan Pablo Goñi

Un cuerpo desnudo. Penumbra. Sorpresa. La erección, la urgencia de los pechos, los ojos grandes, abiertos. Un cuerpo desnudo en una cama. Los dedos lo recorren ávidos, se detienen en cada vericueto, meditan sobre la carne, envueltos en ese tibio calor que nace. Un cuerpo desnudo en una cama, de espaldas. Y la respiración lenta, y las manos que trepan por las piernas, y apoyar escalofriantemente el cuerpo sobre la piel. Un cuerpo desnudo en una cama, de espaldas, dormido. Y los soplos en el oído, correr el pelo de la cara que queda de costado, sobre la almohada, y la mano que instintivamente comienza a desprender el cinturón. Un cuerpo desnudo en una cama, de espaldas, dormido, en una noche de verano. Y no despierta. Y una lenta caricia en la cara y un húmedo beso en el culo y la sangre que brota despiadadamente sobre las sábanas.

Juan Pablo Goñi Capurro.

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