Solo un poco más.


Se había quedado sin balas pero por suerte la armería el "El viejo cañon" todavía tenia esos horarios de almacén antigua, pintada de blanco y con la pintura cuarteada ya anunciaban al hombre de bigotes que iba a ofrecerle las municiones.
Miro la pistola, chequeo que estuviera cargada, apunto y disparó por fin.
En el primer intento erro y eso la hizo replantearse un poco las cosas y guardar aquella pistola por un tiempo hasta cuando fuera necesaria, al fin y al cabo no podía cargar semejante historia todos los días y cada tanto se escapaba de la realidad para volver al pasado o para reafirmar su negligente integridad.
Cada tarde, amenazaba con un tono irónico al futuro, bien dicho, ese mismo futuro en el cual el no aparecía en el cual el se esfumaba como lo último que queda de una bengala roja. Imaginen el momento, una bengala roja apagandose, ella con la pistola nuevamente en su mano (ahora con 5 balas), la discordia de todo un melodrama que no paraba jamas y sus caras irreconocibles, el tiempo había pasado pero no era un problema, el tiempo nunca fue un problema.
Un perro que ladraba, un corazón que no escuchaba, las histerias que otra vez sacan a relucir los orgullos, las abstinencias dolosas, los estragos culposos y la decadente misma historia de siempre.
Claro, siempre hay un sol para una noche que esta por morir que le da fuerzas para que vuelva a nacer cuando le toque, que le da fuerzas pero nada más, no la deja vivir todo el día, no podría estar las 24 hs demostrando su ego, no podría porque vive oprimida.
Son señales, las mismas que se expresan muchas veces como carteles que ignoramos por creer conocer, por el simple hecho de no tener miedo, por la hermosa razón de confiar en nosotros mismos lo que lleva indirectamente en aprender de los demás y no dudar de sus miradas.
Me he portado mal, como todo hombre idiota, como todo humano y como un típico adolescente que muchas veces no tiene las cosas en claro, que por error se subió en un colectivo vació, que por dormirse se paso de largo y lo dejo lejos y mal parado. A si mismo, no hubo atajos, todo fue, todo se dio y la libertad jugo un papel importante en semejante libreto, los personajes eramos nosotros y no podíamos despegarnos de tan interesante trajín.

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©2009 Augusto Rivarola | by TNB