Despostando mi corazón.

Despostando mi corazón te encontraste día y noche hasta que se acabo lo que realmente servía y advertiste que todo lo demás era solamente un desecho, solamente basura.
No es el sentimiento clásico de manipulación ni pretendo contarles a todos como "me usaste", simplemente las historias que se cruzan y no dicen verdades me ponen un poco tieso y al fin y al cabo tienden a hacer llover mis ojos.
La luz está encendida, son las 5 de la mañana y no me puedo dormir. Miro el techo y pienso por todos los que no pueden hacerlo, prendo la computadora y escribo por aquellos que todavía guardan silencio, resisto, no me hundo.
Pretendo ser feliz, pretendo no ser un idiota. A lo largo de todo este tiempo pretendí muchas cosas que logre y está vez no va a ser la excepción. Mi tiempo vale oro así como las palabras que fueron gastadas como plata sin dueño, como alajas de oro que pertenecían a alguien de la familia.
Estamos robandole al tiempo lo más precioso que tiene, el placer de poder vivirlo a conciencia de que nunca más se podra vivir ese preciso instante. Nos añejamos como un whisky escoces que cada vez sabe más amargo como este infinito dolor. Me retumba aún los oidos de escuchar esas palabras.

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©2009 Augusto Rivarola | by TNB