El espejo.. (día de nieve)

Caer fue lo más soberbio
Que la vida te pudo dar.
En la calle encontraste
Las razones para parar
De sangrar.
Se fue despertando el alma,
Oyendo “El nudo”
Volviste a escuchar.
La vida es un sueño
Y tu sueño es cantar.
Cada vez que te puedo ver,
Te pido que no te dejes
Porque no me quiero perder.
Cada vez que en el espejo
Estas, esta cara
Es la que ladra y la tuya
La que tiene que escuchar.
Te fuiste sintiendo vivo
Haciendo “creo” pudiste
Aceptar que todo pasa por algo
Y que de la nada se puede escapar.
Ni productor ni político,
Cantante elegiste hacer.
A donde fuiste, yo estuve
Para alimentar a esa adictita sed.
Maldades de lo imposible,
Siguen tejiendo trapos sin entender
Que frente al espejo se cae la careta,
Se acaba el poder.


otra vez.


Era irritador tanto como curioso, bajas frecuencias que insistian en llegar totalmente desafinadas hasta mis oidos atentos. con miedo y un tanto atrevido no pude detener el impulso de las piernas que como si tuvieran pensamiento individual tomaron la decision de caminar y caminar otra vez. pasaron los dias pero no habia ruta, los circulos eran más que obvios pero no hubo mareos. su sonido, consistente y único (pero no el mejor) siempre tenia la razón al hablar, pero sin dudarlo iba a resolver cualquier cosa que se propusiera para conmigo, obvio que iba a ser asi. admití pense y volvi otra vez, otra vez. su voz, rasposa gracias al telefono que no la podia apreciar como yo lo hacia, colgaba del perchero todos los sacos viejos que no queria que vuelva a usar. Empeño mi saxo, mis libros, mi vida. Admitio saber lo mejor para mí; mintio; lloró. Se destaco por su calor y un dia se fue. desaparecio, se borro, se asusto. Otra vez, otra maldita vez. Otra vez que podria haber evitado, otra vez que podria haber aprovechado.
Otra vez.

Willy.

desconexiones y confusión.

Rogaba por fin que el teléfono que haba permanecido en silencio sonara de una vez por todas para matar esa inexplicable nostalgia que sentía, pero al parecer, el silencio nació para apoderarse de aquel aparato y aunque haga todas las fuerzas con mi cara no iba a sonar hasta el momento mas inesperado. Llovía cuando escribí esto, es curioso que cuando llueve, la gente pierde los ánimos y se esconde detrás de algunas mascaras de impaciencia para luego dar paso a lo que se llama una bruma total que no los deja hacer nada significativo más que relajarse en su hogar y disfrutar de la vida al encierro, sera que la lluvia se creo con esos motivos o simplemente arruina todo a su paso?.
Lo trágico es que la lluvia me recuerda a vos en cada minuto, cada gota que cae es testigo fiel de varias noches de lluvia que vivimos encerrados por nuestra moralidad y picardía al momento de aprovechar la situación. Recuerdo una tarde de verano, lluvia torrencial y amor de por medio que dijiste "Quizás esto no dure para siempre, pero quizás no termine nunca" y cargamos unas caras de confusión y intriga durante algunos ratos.
El teléfono ahora se apago, no espera más tu llamado (aunque necesita hacerlo) se distiende para disfrutar el tiempo lejos tuyo que no es el mejor pero es disfrutable. Las ramas de los arboles por fin empiezan a tomar fuerzas y van a encarar está primavera con una nobleza asombrosa, al parecer, sus hojas, marcas irrefutables de vida quieren tomar otra vez las riendas y darle color a esta ciudad tan triste y gris. Ha vuelto a nacer otra primavera, primavera que cerca tuyo es eterna como la inmensidad lo es para mi, como el secreto de la vida lo es para vos y como este doloroso y pulcro amor cansa y repite pero nunca deja de ser amor.

Te extraño

Martes, 21 de julio, 2009

Willy

Amor y Anarquía



Errico Malatesta (1853-1932)

Tomado del libro SOCIALISMO Y ANARQUIA

Al principio puede parecer extraño que la cuestión del amor y todas las que le son conexas preocupen mucho a un gran número de hombres y de mujeres mientras hay otros problemas más urgentes, si no más importantes, que debieran acaparar toda la atención y toda la actividad de los que buscan el modo de remediar los males que sufre la humanidad.

Encontramos diariamente gentes aplastadas bajo el peso de las instituciones actuales; gentes obligadas a alimentarse malamente y amenazadas a cada instante de caer en la miseria más profunda por falta de trabajo o a consecuencia de una enfermedad; gentes que se hallan en la imposibilidad de criar convenientemente a sus hijos, que mueren a menudo careciendo de los cuidados necesarios; gentes condenadas a pasar su vida sin ser un solo dia dueñas de sí mismas, siempre a merced de los patronos o de la policía; gentes para las cuales el derecho de tener una familia y el derecho de amar es una ironía sangrienta y que, sin embargo, no aceptan los medios que les proponemos para sustraerse a la esclavitud política y económica si antes no sabemos explicarles de qué modo, en una sociedad libertaria, la necesidad de amar hallará su satisfaccion y de qué modo comprendemos la organización de la familia. Y, naturalmente, esta preocupación se agranda y hace descuidar y hasta despreciar los demás problemas en personas que tienen resuelto, particularmente, el problema del hambre y que se hallan en situación normal de poder satisfacer las necesidades más imperiosas porque viven en un ambiente de bienestar relativo.

Este hecho se explica dado el lugar inmenso que ocupa el amor en la vida moral y material del hombre, puesto que en el hogar, en la familia, es donde el hombre gasta la mayor y mejor parte de su vida. Y se explica también por una tendencia hacia el ideal que arrebata al espíritu humano tan pronto como se abre a la conciencia.

Mientras el hombre sufre sin darse cuenta los sufrimientos, sin buscar el remedio y sin rebelarse, vive semejante a los brutos, aceptando la vida tal como la encuentra.

Pero desde que comienza a pensar y a comprender que sus males no se deben a insuperables fatalidades naturales, sino a causas humanas que los hombres pueden destruir, experimenta en seguida una necesidad de perfección y quiere, idealmente al menos, gozar de una sociedad en que reine la armonía absoluta y en que el dolor haya desaparecido por completo y para siempre.

Esta tendencia es muy útil, ya que impulsa a marchar adelante, pero tambien se vuelve nociva si, con el pretexto de que no se puede alcanzar la perfección y que es imposible suprimir todos los peligros y defectos, nos aconseja descuidar las realizaciones posibles para continuar en el estado actual.

* * *


Ahora bien, y digámoslo en seguida, no tenemos ninguna solución para remediar los males que provienen del amor, pues no se pueden destruir con reformas sociales, ni siquiera con un cambio de costumbres. Están determinados por sentimientos profundos, podríamos decir fisiológicos, del hombre y no son modificables, cuando lo son, sino por una lenta evolución y de un modo que no podemos prever.

Queremos la libertad; queremos que los hombres y las mujeres puedan amarse y unirse libremente sin otro motivo que el amor, sin ninguna violencia legal, económica o física.

Pero la libertad, aun siendo la única solución que podemos y debemos ofrecer, no resuelve radicalmente el problema, dado que el amor, para ser satisfecho, tiene necesidad de dos libertades que concuerden y que a menudo no concuerdan de modo alguno; y dado tambien que la libertad de hacer lo que se quiere es una frase desprovista de sentido cuando no se sabe querer alguna cosa.

Es muy fácil decir: "Cuando un hombre y una mujer se aman, se unen, y cuando dejan de amarse, se separan". Pero sería necesario, para que este principio se convirtiese en regla general y segura de felicidad, que se amaran y cesaran de amarse ambos al mismo tiempo. ¿Y si uno ama y no es amado? ¿Y si mientras uno aún ama, el otro ya no le ama y trata de satisfacer una nueva pasión? ¿Y si uno ama a un mismo tiempo varias personas que no pueden adaptarse a esta promiscuidad?

"Yo soy feo - nos decía una vez un amigo - ¿Qué haré si nadie quiere amarme?" La pregunta mueve a risa, pero tambien nos deja entrever verdaderas tragedias.

Y otro, preocupado por el mismo problema, nos decía: "Actualmente, si no encuentro el amor, lo compro, aunque tenga que economizar mi pan. ¿Qué haré cuando no haya mujeres que se vendan?" La pregunta es horrible, pues muestra el deseo de que haya seres humanos obligados por el hambre a prostituirse; pero es también terrible... y terriblemente humano.

Algunos dicen que el remedio podría hallarse en la abolición radical de la familia; la abolición de la pareja sexual más o menos estable, reduciendo el amor al solo acto físico, o por mejor decir, transformándolo, con la unión sexual como añadidura, en un sentimiento parecido a la amistad, que reconozca la multiplicidad, la variedad, la contemporaneidad de afectos.

¿Y los hijos?... Hijos de todos.

¿Puede ser abolida la familia? ¿Es de desear que lo sea?

Hagamos observar antes que nada, que, a pesar del régimen de opresión y de mentira que ha prevalecido y prevalece aún en la familia, ésta ha sido y continua siendo el mas grande factor de desarrollo humano, pues en la familia es donde el hombre normal se sacrifica por el hombre y cumple el bien por el bien, sin desear otra compensación que el amor de la compañera y de los hijos.

Pero, se nos dice, una vez eliminadas las cuestiones de intereses, todos los hombres serán hermanos y se amarán mutuamente.

Ciertamente, no se odiarán; cierto que el sentimiento de simpatia y de solidaridad se desarrollaría mucho y que el interés general de los hombres se convertiria en un factor importante en la determinación de la conducta de cada uno.

Pero esto no es aún el amor. Amar a todo el mundo se parece mucho a no amar a nadie.

Podemos, tal vez socorrer, pero no podemos llorar todas las desgracias, pues nuestra vida se deslizaría entera entre lagrimas y, sin embargo, el llanto de la simpatía es el consuelo mas dulce para un corazón que sufre. La estadística de las defunciones y de los nacimientos puede ofrecernos datos interesantes para conocer las necesidades de la sociedad; pero no dice nada a nuestros corazones. Nos es materialmente imposible entristecernos por cada hombre que muere y regocijarnos por cada nacimiento.

Y si no amamos a alguien más vivamente que a los demas; si no hay un solo ser por el cual no estemos particularmente dispuestos a sacrificarnos; si no conocemos otro amor que este amor moderado, vago, casi teorico, que podemos sentir por todos, ¿no resultaría la vida menos rica, menos fecunda, menos bella? ¿No se vería disminuida la naturaleza humana en sus más bellos impulsos? ¿Acaso no nos veríamos privados de los goces más profundos? ¿No seríamos más desgraciados?

Por lo demas, el amor es lo que es. Cuando se ama fuertemente se siente la necesidad del contacto, de la posesión exclusiva del ser amado.

Los celos, comprendidos en el mejor sentido de la palabra, parecen formar y forman generalmente una sola cosa con el amor. El hecho podrá ser lamentable, pero no puede cambiarse a voluntad, ni siquiera a voluntad del que personalmente los sufre.

Para nosotros el amor es una pasión que engendra por sí misma tragedias. Estas tragedias no se traducirián más, ciertamente, en actos violentos y brutales si el hombre tuviese el sentimiento de respeto a la libertad ajena, si tuviese bastante imperio sobre sí mismo para comprender que no se remedia un mal con otro mayor, y si la opinion publica no fuese, como hoy, tan indulgente con los crimenes pasionales; pero las tragedias no serían por esto menos dolorosas.

Mientras los hombres tengan los sentimientos que tienen - y un cambio en el regimen económico y político de la sociedad no nos parece suficiente para modificarlos por entero - el amor producirá al mismo tiempo que grandes alegrias, grandes dolores. Se podrá disminuirlos o atenuarlos, con la eliminación de todas las causas que pueden ser eliminadas, pero su destrucción completa es imposible.

¿Es ésta una razon para no aceptar nuestras ideas y querer permanecer en el estado actual? Así se obraría como aquel que no pudiendo comprarse vestidos lujosos prefiriese ir desnudo, o que no pudiendo comer perdices todos los dias renunciase al pan, o como un médico que, dada la impotencia de la ciencia actual ante ciertas enfermedades, se negase a curar las que son curables.

Eliminemos la explotacion del hombre por el hombre, combatamos la pretensión brutal del macho que se cree dueño de la hembra, combatamos los prejuicios religiosos, sociales y sexuales, aseguremos a todos, hombres, mujeres y niños, el bienestar y la libertad, propaguemos la instrucción y entonces podremos regocijarnos con razón si no quedan más males que los del amor.

En todo caso, los desgraciados en amor podrán procurarse otros goces, pues no sucederá como hoy, en que el amor y el alcohol constituyen los únicos consuelos de la mayor parte de la humanidad.

Amigos

Se puede ver de diferentes maneras, yo recuerdo algunas imagenes de una calle cortada por nuestro libertinaje revolucionario adolescente, la cual nos permitia todo ese tipo de cosas, al compás de una sonrisa o de la ilusión de vivir toda la vida ese mismo momento.
También y por defecto, estuvieron los defectos y los momentos malos que ya no recuerdo porque a todos ellos los tapo una sonrisa que del otro lado fue inclaudicable. Las miradas, brillantes por naturaleza, siempre me abrieron los brazos para guardarme quizás el único refugio ante la adversidad y la desilución.
Ideas, risas, locuras y felicidades viví con todos uds, de una u otra manera son muy importantes para mí.
Gracias por estar.

Willy

4 dias.

Busque algo que haya pasado en solamente 4 dias y no lo encontre, seguramente porque no ha pasado nada mundialmente trágico como lo que vivi estos 4 dias.
Argumentando que la falta misma se hace notar como un ser individual y observando la crudeza del asunto me veo enroscado en una soga con varios nudos de marineros que no paran de apretar.
Ni las señales ni el poder del amor, donde flipo el boludo de tanguito me arreglan esta vez, sostengo la mirada en alto y aprieto el gatillo una vez más sin conseguir lo que quiero. Los espacios vacíos en el cargador se agotan, está llegando la hora de decidir, las nostalgias se inclinan hacia la desgracia y no me queda otra situación más terrible que llorar por primera vez.
Me siento una hormiga en el medio del universo, me veo a mi mismo terminado para mi mismo pero todavía no puedo conseguir que esa bala atraviese el pesado sentimiento que va a desmoronar aunque sea un poco más todo eso que construiste.
Olvido sufrir, olvido reír.
4 días no son suficientes para matarte, no puedo castigarte así porque otra vez jugaría conmigo mismo al poliladrón. Vivo de tu mirada que me revive cuando el reflejo que da en tus ojos otra vez me enfoca.
4 días más, 4 días menos, el tiempo no existe.

Resistire.

Otra vez despiertó indeciso como todos los dias, mirando la hora en el telefono para entender un poco todo esto. Desangelado como uno de esos pibes de la calle, obviamente no en esencia, pero triste como si el mundo hoy se acabara y no pudiese realizar lo que más significa para mí.
Hambriento de razones y explicaciones ya no puedo ingerir otra cosa que no sea lo que busco, aumentan las palpitaciones y todavia puedo silvar alguna que otra canción que hace honor a este cruento asunto.
¿Como podria amarte con tanta melancolia? Hablamos de sueños, consideramos la muerte, nos estrechamos las manos como dos amigos y vivimos el dia a dia inexplicablemente soleado (Aunque solo se veian nubes).
Ya lo intentamos todo, durante un largo año, tormentas y soledad con dolor.

Se acaba el tiempo, no puedo ver que oculta tu reir.. O no.


 
©2009 Augusto Rivarola | by TNB