Decidir.

El tiempo que nos brinda el universo para decidir es un instante, en el habitan todas las posibles reacciones y consecuencias de nuestra elección. Decidir, un texto breve que relata un encuentro de este tipo, donde la elección no se hace por inercia. Que lo disfruten.

Su peculiar forma de caminar, era un estandarte al viento ondeando sutilmente, gritando en silencio su llegada, desequilibrándolo todo, avisándome que de una u otra forma había vuelto.
Me sorprendí observandola minuciosamente, avance unos metros mas, reaccione y pensé cual sería la consecuencia (siempre la hay), tragarme el amor, ser el indiferente que no soy y nunca voy a poder ser, mostrarle lo que no tengo, entregarle una pizarra en blanco.
El génesis mismo broto en mi imaginación, puedo divagar sentado en una roca durante interminables horas, pero la tormenta había cubierto el cielo y las palabras se terminaron hace rato. Creció y se desarrollo aún más, se gano el papel principal, su boca escupía inmortalidades, pateó mis posturas, y todos esos pensamientos pseudo-sabios que me caracterizan, los despidió con la sutileza que puede llegar a cargar un jefe de personal, taaan pero tan formal.
Dude, como si lo que había soñado la noche anterior al sentir su cintura entre mis manos quizás hubiese al fin sucedido, resulto también, por decisión divina que todo exploto en una de esas noches que por, cierto terminé arruinado felizmente.
Entonces el pulso se volvió incontrolable, mis manos empezaron a temblequear como una gelatina, sin cesar, sin poder detenerlo, era su pelo otra vez lo que el viento sacudía, era su perfume de tabaco tan particular, era todo lo que fue, y nada más
Como un psicópata cuerdo, recordé que hay solo una casquillo en el tambor, que es solo una la oportunidad pero son muchos los blancos, que ni todo el maldito pelotón de los "americanos" podría invadirme, podría tomar el control y hacerla desaparecer de mis pensamientos, nadie podría borrarla de mi alma, solo nosotros lo sabemos, solo nosotros dos podemos crear tal energía, solo a nosotros dos nos encanta perder el tiempo juntos aún estando tan separados.
Y lo que esperaba, su mirada se perdió (era obvio), nadie está preparado para tal castigo. Confieso en forma escrita, que al pasar el tiempo, que al acostumbrarme a los terremotos de sentimientos que me producen tenerla cerca, empecé vivir el tiempo de otra manera, las noches más oscuras brotaban de luz, una luz de recuerdos nostálgicos pero añorosos, no eran las típicas novelitas que de las cuales debía lamentarme, suplique a mi creencia Karmatica y le dije adiós con la sonrisa más falsa y gigante de todas.

Decidió mirarme irónicamente, plantó sus ojos como lo hago cuando no tengo nada para decir, ella formalizo demasiado la situación y se le instalo el temor en los ojos, los bellos comenzaron a erisarse y todo concluyo en una transición desastrosa, en una cordialidad patética, en un cataclismo en el mundo de los dos, el calculo de lo destruido fue incalculable por siempre.

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©2009 Augusto Rivarola | by TNB