Polaca no te vayas.

- Polaca, ¡no te vayas! (punto aparte, ¿realmente dije eso?) ¿En aquella frase se inspiran mis corazonadas y mi suerte?, estoy desilucionado al ofrecer mi primer manotazo y que sea ese, ¡¿Ese Fue?! ¿Realmente fue esa obsenidad?.
No puedo entenderlo, la polaca se iba, mis fracciones de belleza se desarmaban, el cielo cae, las nubes se borran, la luna está escondida y un perro va a morder mi pierna. ¿podría pasar algo peor?.

abrí los ojos cuando el sol salía, polaca era la que bajaba la persiana para que la luz no me moleste, que detalle tan jugoso, estaba tan solo y todavía sin entender lo que había pasado, si era un sueño o era real, a mi lado ella no estaba, no podía poner mi cabeza en su espalda y escuchar su corazón latir, ya no podía hacerla vibrar con un beso en el cuello o algo parecido y lo único que hacia era decir era ¿Polaca, no te vallas?.
Silvana se había cansado, Carrizo estaba cambiando, la pala le pincho las ruedas y empezó a descarriarse, sus penas eran más tristes que una sequía y la polaca se nutria de aquellos placeres, no podía verlo así, no podía cambiarlo, debía partir hacia donde ella pudiera sentirse mejor, donde su culo no se moje cuando llueva, donde su pelo permaneciera lacio y limpio, donde sus ojos brillen de alegría y no de nostalgia.

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©2009 Augusto Rivarola | by TNB