Redención.

Acaba de sonar tu telefono, ves la pantalla y soy yo nuevamente. Sabes muy bien cuando escuchaste la primer vibración de el aparato que transmite nuestros sentimientos y sabia de que se trataba todo esto.
Entre varias letras cruzadas, el mensaje de redención llego, no más tiempo, no más oportunidades. Aqui estoy para ser eterno o para mezclarme con las más oscuras sombras de tu desconfianza.

"Te extraño y no puedo estar sin vos, tenes que saber perdonarme, pero tomalo o dejalo, no puedo seguir asi." - fueron algunas de las lineas que trate de plasmar con tan poco pulso en el teclado de mi telefono.
Las similitudes con otros abandonos no fueron la causa principal para que mi cabeza no pueda apagarse por las noches, mi pulso se acelera y siento un leve dolor en la cabeza pero no es algo común. Creo que a veces no puedo respirar, debe ser porque aún recuerdo el sabor de tu piel y no quiero que se mezcle con otro olor o sabor, claro, eso es imposible.

Hola, este es mi mensaje de redención, el sacrificio llego ahora y como bien sabemos, en el camino siempre hay varias oportunidades.
Hola, no quiero que esto acabe así, perdón, pero yo no soy un hipocrita, se que esto debe terminar.
Hola, gracias por hacerme sentir así.
- Perdoname, no queiro que estemos así, pero es como que sigo teniendo ese sentimiento que no me me hace mal... (fuerón las palabras casí-exactas)

Incline mi cabeza hacia abajo y como dijo un gran amigo mio, ahora Augusto, vas a esperar a La aurora.

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©2009 Augusto Rivarola | by TNB