exhausto.


Desde el génesis mismo, empieza a robar fragmentos de belleza hipnótica
ilusiones de un viaje de placer eterno, que ahogada en dilemas cree nacer en su muerte.
Allí en su sonrisa ocultó sin desearlo, los viajes que se perdió, las rutas que no encontró
depende de una nueva circunstancia toda su existencia y eso resulta imperdonable.

Entonces sin dudarlo, era yo al que el camino detuvo
ese que junto al andén oxidado empezó a palpitar esta tradicional y clásica indiferencia
ese que amago en aquel entonces, con estancarse y pudrirse una vez más.

Aquel endemoniado cuerpo de fases totalmente bipolares está exhausto
perdió aquella virtud adolescente de regenerarse, aquella inmortalidad sentimental
que sin cesar, aplaca todas las desiluciones y empuja a las ganas para seguir adelante.

Definimos nuestra propia suerte al rozar los labios más deseados
inventamos las diferencias que nos sacuden y detonan las neuronas todo el tiempo
pero al fin y al cabo, en el amor nunca se gana ni se pierde.

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©2009 Augusto Rivarola | by TNB