con mi remera, como estandarte de ese sentimiento.


Los destinos son inciertos y eso no es novedad para nadie pero las rutas están llenas de historias por componer, de complementos por vivir y de noches frías por entibiar. Otra vez estaba en viaje hacia lo desconocido que también llame destino aquel Martes borroso y lúcido, saboreando el elixir de haber escapado de la prisión diaria que empieza como siempre a robar las ilusiones, esas ilusiones que deben ser renovadas junto a las energías que se vieron opacadas por todo el resto, por esa negatividad que nos condiciona en cuerpo y alma. Con una larga madrugada que El lunes paso a ser diferentes cuando amanecí aquel día, día que nació de noche, día que empezótraería la inexplicable e intensa sensación de aventura que tan nerviosa, mi cabeza y mi cuerpo habían reprimido tanto tiempo, aquel momento de claridad venia acompañado del momento en que las sabanas dejan de taparnos para de una ves por todas enfrentarnos al frió y hundir los miedos, morderles la yugular y dejarlos tirados en alguna alcantarilla sin distinción en algún lugar donde todas las alcantarillas son idénticas. Este esqueleto, espectante e ingenuo por doquier, depositó su confianza en las intervenciones divinas que sabrían muy bien que hacer con el, está vez iban a pagarle con su Karma y nada podía fallar, no por ahora y no está vez.
Creyente de poseer una prosa adecuada para aquella coyuntura, se embarco otra maldita vez dentro de esa mochila cargada con algunas que otras ropas irrelevantes y accesorios que no le servirían, objetos que no podrían contar historias ni vivir las mismas sensaciones que el estaba empezando a gestar, ropas que en simbiosis con alguna que otra manchas seguían siendo bien vistas por el y por su sol. También hubo sensaciones dentro de mi saxofón, que encalló en La Patagonia donde bien se sabe de aventuras y evocaciones majestuosas. El oro musical estaba al pie del mapa y oídos extraños estaban destinados a recibir sus melodías como hilo mecánico que imponía una certeza agradable aunque nunca dejaba de lado los errores y la improvisación. Cuando la porción de tierra nos recibe, exagera al hospedarnos con intriga e incertidumbre del aquel futuro que se mezcla con el presente y resulta ser al fin y al cabo, el elixir que enseñara la luz y el camino a seguir, la fe que no trajo ningún religión a su mente. Como frase de cabecera y guia innata, como constelación infalible, como cruz del sur, otra vez balbucee por lo bajo que "La suerte del principiante no puede fallar, nada puede salir mal", así empezó el camino que hace 800km intentaba amanecer con el día y mostrar el sol que las nubes atrapaban con su compostura de tristeza. No hubo mucho que esperar, las caminatas se hacen breves cuando existe el anhelo y ella era ese anhelo que rebotaba en mi sien, que calentaba las ideas y todavía no dejaba de intrigarme como un primer plano en la noche oscura, noche en que se intenta encontrar algo que no está, que no podemos divisar y por ese motivo no pertenece a nuestra realidad actual o a aquel instante. Al llegar al lugar que me eligió a mi para habitarlo, pude con un poco de ingenió armar mi morada, la cual me protegería de todo, menos de ella, porque ella era la única que tenia el acceso libre, la llave para abrir todas las puertas que estuvieran trabadas, sin dudarlo vi la magia entre sus ojos, al observarlos más de cerca note la disfunción en ellos y su falta de acuerdo, no pude entender porque las pupilas se veían tan radiantes, rodeadas de un mar verde con reflejos celestes y una actitud impecable. En el momento donde todo empezaría (una mas de aquellas historias) no parecía que fuera a ser tan igual, las energías fueron otras y dentro de una caja escondida en la arena ella ordenó mucho tiempo antes lo que yo buscaba por esos paisajes. Todos esos días el sol el alba se registró en el mismo punto cardinal, no hubo diferencias climáticas que destacaran aquel periodo, solamente ellos dos sabían que el motivo de todo esto, era sobrepasar todas las morales y deshacer sus manos al frotarse cuerpo a cuerpo, al ser más sinceros y al no dejar pasar ni un minuto más, porque no habría reintegro, fue aquel momento de histórico éxtasis que no podría ser revivido, ni con la simulación más perfecta, ni con los lugares, ni con las personas, ni con el viento, ni con sus corazones, aquel momento hoy cotizaba mejor que toda una vida de distancias y las bocas complementaban tan bien como el Ying Yang que intenté explicar. Este viaje recreo viejos sentimientos que hace mucho tiempo no visitaban esta piel, alucinantes momentos que solo ella me podría hacer revivir. Ella es más que un amor, es más que el propio amor porque por decisión del tiempo es inaccesible y lejana pero bien sabe que la distancia es irrelevante y que el tiempo, mi tiempo no tiene otra forma mejor de ser consumido que junto a ella y sus sobreportectoras piernas. Continuará.

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