Varios días despues.


El encendedor rojo a medio cargar, los papeles de siempre y aquella madera tallada que susurra por las noches. Varios días después -y sin mirar hacia abajo-, por fin empezó a empacar y armar las valijas de este lío. En las maletas no entraba nada, pues ya estaban llenas de sentimientos y historias -sin dejar atrás las hostilidades-, todas ellas hacían que llevarlas a mano sea imposible.
Las manchas en la pared, los agujeros en la puerta y los vidrios rotos otra vez pretendían recordar aquel momento, indicio seguro del momento recíproco que vivió, claro, Julio te prepara agosto te lleva.
Las mordidas agonizantes que ejercían la teoría del abandonico sobre la sien y se ocupaban ya de otros asuntos, no surtían efecto y los analgésicos repercutian en sus palabras, los ojos empezarón a caer y las venas a hincharse -propiedad de cuando lo miraba-.
El sol que se apura para mostrarse, necesito irme y seguir a la noche por el camino o intentar vivirla un instante más, por lo menos hasta finalizar la página que abrí.
Marginar y crear, destruir y otra vez confirmar, abrir y cerrar, dejar y huir. -ideas ya amenas un día como hoy-

Augusto Rivarola

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