Conocí a varios de mis enemigos. Los contemple, admire, observe y hasta me apiade de ellos. Un día desaparecieron, entendieron que el problema era solamente suyo y no les quedo más remedio que re plantearse aquella vulgar enemistad.
Augusto Rivarola
9/9/9.
9/9/9.
0 comentarios:
Publicar un comentario