Lunes 3am.

Se despierta lo sublime dentro de esos ojos, la infinidad de este instante efímero de plumas y resortes, acá estamos, divorciandonos de la sinceridad, rompiendo el contrato de fidelidad. Empezamos a ladrar roncamente, como perros vagabundos, como lobos sin horizonte que pretenden el poder. Hoy es tiempo de decir adiós para siempre, de decir buenas vibras sin dudar. Y los hilos que embellecen el paisaje se transforman en penas que me torturan por dentro, la veo caminar del otro lado de la rambla, los autos pasan y las luces siguen encendidas ocultando todo lo malo y haciendo brillar lo irreal. Yo soy el que pertenece a la oscuridad, al pasado y a tus declaraciones mas irónicas. Soy yo aquel que se desconsolé viéndote pasar mientras todos aplauden, soy el publico que nadie desea y las migas que nadie quiere barrer, las migas que nadie hizo. Después de ser tantas cosas vuelvo a ser yo, a quererme a mi mismo pero desconfiando de la dimensión que interactúa con mis ojos, desconfió de tantas cosas que solamente me queda confiar en la gente que me estima y pierde el tiempo de sus días junto a estas ideas.

Hay demasiados ojos observando este supernova que suplica por cumplirse en penumbras, el delirio místico que provoca la divinidad y la magnitud que se plantan en cada huella que dejas con tus zapatos no dan posibilidad al error, la muerte acecha y el cielito está esperando tus curvas y tus caderas. Sinceremosnos con el universo y brindemos por está conexión, no hagamos de está estúpida sincronía un ejemplo o una razón para atarnos a la indiferencia eterna.

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©2009 Augusto Rivarola | by TNB