A los ciegos no le gustan los sordos.

Yo sabia que la noche iba a llegar, era inevitable.
Como toda prediccion acertada o no, estupida o no, iba a llegar para arrancarte los ojos con los dientes. Besarte tu propio cuello es imposible, admirarias el hecho de que yo lo hiciera nuevamente.
No me interesa sentir dolor de verdad porque yo sufro mucho cada dia, no me interesa escuchar tus problemas ya tengo demasiados, no me afecta tu dia porque soy dueño de todas tus noches y ese es el momento en el cual estás mas sola.
Yo te mordere los labios para que realmente sientas mi fuerza, te hamacare en mis brazos para que tapes el sol en el alba y destrozare todos tus miedos para dejarte libre y que seas precisamente lo que quieras ser.
Luego de que hayas disfrutado, luego de que vestiste de blanco para tapar toda tu inmadurez y toda la idiotez que te reino el juramento ya estaba hecho y la decisión tomada.
Ya no habia tren de regreso.

Mañana por la mañana entraras aqui, leeras esto, te preguntaras si realmente es para vos, te quedaras con la duda, cerraras la ventana, pensaras un rato en ¿Que pasaria? y luego seguirias en otra cosa y olvidarias lo sucedido.

(Atentaras contra vos misma, intentaras robarte los dias y las noches nuevamente, volveras a las tardes que soliamos ver juntos para descifrar que hacer.)


Yo sabia que no soportarias nada de todo esto y te esconderias detras de esa tierra, de esa maldita tierra.
Ya no verias al sol directamente pero la lluvia y la humedad pasaria a encantarte a vos y a todos tus amigos.
No supiste valorar tu instante, no supiste valorar tu valor y ahora estas bajo tierra.
Bajo tierra pero en mi alma.
Hasta siempre


Willy

0 comentarios:

 
©2009 Augusto Rivarola | by TNB