Discriminacion en Olavarría.

Existen temas que resultan difíciles para concebir hasta en el dialogo, ya sea por la diversidad de las opiniones, estas que obviamente nacen inevitablemente influenciadas por el origen y contexto del que las expresa, discutir sobre discriminación es chocante casi en cualquier ámbito. Puede que el simple hecho de vivir dentro de una sociedad intolerante a grandes rasgos, haga que nos encontremos con este tipo de actitudes a la vuelta de cualquier esquina. Como hojas cayendo en otoño que simplemente forman parte de la estación que debemos transitar.
En estos tiempos, la discriminación en Olavarría se ha vuelto moneda corriente. Con bajada de linea desde pubs, bares, cafeterías "parisinas", discotecas encubiertas que pagan impuestos de bares, y también en las diferentes clases sociales que habitan la ciudad, marginando así a los mas desdichados, cerrándoles el vidrio al llegar a un semáforo atemorizados por su porvenir, ahorrandose asi 40 o 50 centavos, palpitando el claustrofobico miedo.
Corre el año 2010, bicentenario de la revolución, donde también la revolución sexual es un hecho y el matrimonio gay ya no es tabú. Donde la marihuana es aceptada por gran parte de la sociedad que se ha informado y pone en desventaja a la nicotina y empresas tabacaleras como foco de peligro, un suceso histórico para la desaparición de los prejuicios humanos.
Resulta entonces y parece increíble que alardeando del progresismo que supuestamente identifica a una gestión municipal, aún aquí en la ciudad del asfalto, no exijan y hagan regir la "Ley de espectáculos" en los espacios públicos. Es de actitud prehistórica como se discrimina impunemente a una parte fundamental de nuestra sociedad, aquella que debería percibir las mejores armonías y un ejemplo fuerte de todos nosotros: Los adolescentes.
Los adolescentes de olavarría, sector marginado que queda sin poder concretar cualquier intento de comunicación, son aballasados con actitudes hostiles y cínicas al momento de querer encontrarse con la diversión en los llamados "ESPACIOS DE ESPARCIMIENTO NOCTURNOS", que además de contar en sus huestes con el famoso, hipócrita y mal aplicado "Derecho de admisión" no cumplen la ley de espectáculos sancionada por el congreso nacional, máximo organismo.
Los soldados de la buena presencia y la paz dentro de estos espacios, dicen acatar ordenes imparciales que clasicamente al no respetar "los compromete", generando así la discordia y concibiendo la discriminación, obviamente, actuando por conveniencia o gusto, un gusto que carece de parámetros cuerdos que son requeridos para el trato con el cliente, una sociedad contemporánea que merece respeto y buena atención. Doy fe de la elección que se aplica sobre las multitudes, todos potenciales e indiferentes clientes, que solo buscan diversión y libertad, alegando así conclusiones baratas. sin sentido e injustas para prohibirte el paso. Hoy mismo se puede ver como las mujeres, los jóvenes adinerados, los bien enpilchados o "los amigos de la casa" son vistos con mejor ojo en la puerta de estos boliches exclusivos para "gente bien". Esta puerta que estoy citando, dice de tener vida propia y representantes cordiales y atentos, a la cual se debe asistir de vestir elegante y a la moda, regla que nadie explicito como lo dice nuestra hermosa y querida "Ley de espectáculos".
Entonces se llego con el tiempo a "extremar medidas", utilizando a la discriminación como potencial arma para "aumentar la seguridad", concepto que al leer un par de libros y caminar algunos km's por las calles de la ciudad, podríamos saber que encubre una política fascista y barata. La seguridad no se genera discriminando sino educando y ampliando la oportunidad, lo que todos ustedes ya sabrán si han llegado hasta esta instancia del articulo. Sostengo al ser en carne propia testigo de la discriminación en Olavarría, la amplia ignorancia con la que conviven los que manipulan y son encargados de la seguridad y administración de espacios públicos en la ciudad. Queda entonces confirmado luego de varios intentos por asistir a estos espacios con una vestimenta fuera de moda o con un estilo propio, cual es la respuesta; La discriminación en su plenitud e impunidad.

Conclusión:
Una sociedad libre de prejuicios es un pueblo inevitablemente educado y unido. Es inadmisible que por vestir una moda no televisada, un estilo diferente al de las masas se sea discriminado impunemente. Propongo y exijo al gobierno municipal de la ciudad de Olavarría que analize y ponga en vigencia la ley nacional de espectáculos sancionada por el congreso nacional.
Convengamos y hagamonos cargo de la diversidad en toda su plenitud, seamos tolerantes, aprendamos a vivir como seres humanos, aunque en este caso pondría "y no como animales" confió en que los animales poseen más códigos y humanidad que nosotros.

Gracias.

Augusto Rivarola.

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