cayendo.

Letras que brillan por el subrayado son quizás las que solo algunos tienen el valor de leer, y sin dudar.
De pronto abrimos los ojos en otro plano. Hemos transformado nuestro ser en energías que van y vienen, que acompañan fielmente al dolor, abrumador dolor.

Una pestañeada y las luces que se desenfocan borealmente. Cae la inmortalidad en el sueño y aquí no hay testigos de alguna posible fuga.
Revelación a la libertad y más costumbres, acostumbrarse al miedo que le tenemos a la fe y nuestra humanidad, tomarnos la mano y vibrar.
Si también se les anclara el ojo en las putas palabras subrayadas, y si esa fuera su única percepción, se creyeron lo de imposible, la imaginación se borró.
Fue cuando la nostalgia bostezó una sonrisa soleada en ella y caí en la cuenta que podría morir a causa de ello, que su soledad también era infinita.
Aquella, ahora realidad, le armo a sus pies un paredón de fusilamientos en ella colgaba expuesta la muestra de su debilidad, los cuadros del presente. Es importante no perderse un amanecer, todos los días sale el sol.
Aún cuando esta girando por todas partes existe y seguirá existiendo, va demostrando su humanidad, brotando por donde sea. Te lo prometo, te lo prometo.



Augusto.

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