También y por defecto, estuvieron los defectos y los momentos malos que ya no recuerdo porque a todos ellos los tapo una sonrisa que del otro lado fue inclaudicable. Las miradas, brillantes por naturaleza, siempre me abrieron los brazos para guardarme quizás el único refugio ante la adversidad y la desilución.
Ideas, risas, locuras y felicidades viví con todos uds, de una u otra manera son muy importantes para mí.
Gracias por estar.
Willy
Amigos
Vomitado por
Augusto Rivarola
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